El boom de la IA y la creación de imágenes: entre el arte, la ética y la educación

Seguramente lo has visto o incluso te sumaste a la tendencia de transformar tus fotos al estilo Studio Ghibli, Disney o Pixar. Las redes sociales están inundadas de estas imágenes generadas por inteligencia artificial, dividiendo opiniones: desde quienes las valoran como una nueva forma de expresión artística, hasta quienes cuestionan su legalidad y ética. ¿Pero qué hay detrás de este fenómeno?

 

Para comprenderlo, en “Docentes y Actualidad” —el nuevo espacio de conversación de la Dirección de Docencia que busca acercar temas de contingencia a los estudiantes desde la voz de sus propios docentes— conversamos con el Dr. Marcelo Careaga Butter, académico de la Facultad de Educación, Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación, y parte del cuerpo docente del Doctorado en Inteligencia Artificial.

 

¿Qué le parece este auge de la IA en la creación artística?

 

Creo que la Inteligencia Artificial Generativa (IAG), que es distinta de la Inteligencia Artificial Convencional o General, son aplicaciones que se centran específicamente en la creación de contenidos originales y creativos. Su uso en la creación artística es fascinante, desafiante y complejo a la vez, ya que está generando un intenso debate acerca de la creatividad humana y su relación con las creaciones artificiales. La IAG está proporcionando a los artistas nuevas herramientas y técnicas para explorar la creatividad. Permite generar imágenes, música y otras formas de arte de maneras que antes eran imposibles. Amplía los límites de la expresión artística, permitiendo la experimentación con estilos y formas innovadoras basadas en la colaboración entre la inteligencia biológica y la inteligencia artificial en el proceso creativo.

 

 

¿Qué pasa con los derechos de autor en este contexto?

 

El uso de IAG plantea desafíos legales aún no resueltos, relacionados con la autoría y la propiedad intelectual de las obras de arte generadas por máquinas. Aparecen preocupaciones sobre el posible uso indebido de la IAG para crear videos, imágenes o audios manipulados mediante inteligencia artificial generativa que parecen auténticos (deepfakes) y otras formas de manipulación visual y auditiva acerca de las cuales la autoría se diluye. Esto impacta en los artistas humanos, ya que tienen temor de que la IAG pueda reemplazar o devaluar sus trabajos artísticos. Esto plantea la necesidad de que los artistas se adapten y encuentren nuevas formas de diferenciarse en un mundo cada vez más impulsado por la IA.

 

¿Y los dilemas éticos?

 

La aplicación de la Inteligencia Artificial Generativa (IAG), en la creación artística, plantea una serie de dilemas éticos complejos que están aún en el debate público. Hay cuestiones e interrogantes no resueltas, tales como: ¿Quién es el autor de una obra creada con IAG? ¿El programador de los algoritmos que hacen funcionar la IAG, el usuario que introduce las indicaciones (prompts) o la propia IAG que los genera?; ¿Cómo proteger los derechos de los artistas cuyas obras se utilizan para entrenar a las IAG?; ¿La IAG posee realmente valor estético y creativo?, o ¿solamente está combinando, reprocesando y transformando obras ya existentes de autores humano?; ¿Cómo se logra definir la originalidad en un contexto de creación con IAG?; ¿Se devalúa el arte humano si las IAG pueden producir obras similares o incluso superiores?. Debido a esto se mantiene como un desafío pendiente el resolver la autenticidad y el valor estético del arte artificial, siendo las interrogantes derivadas: ¿Cómo afecta la IAG en la percepción del valor del arte?; ¿Cómo distinguir entre obras creadas por humanos y por IAG?; ¿Cómo garantizar que la IAG se utilice de manera responsable y ética en las creaciones artísticas?; ¿Qué regulaciones, leyes y normas son necesarias para resolver estos dilemas?. Estos dilemas éticos son complejos y requieren una reflexión profunda y un diálogo continuo entre artistas, expertos en IAG, legisladores y la sociedad en general.

 

 

¿Qué recomendaciones daría para utilizar la inteligencia artificial de forma responsable y con los cuidados necesarios?

 

Aplicar principios éticos diferenciadores, sincerando en el registro de las fuentes cuando una creación ha sido asistida por IAG, señalando la aplicación que se ha utilizado y la fecha en que esto se realizó, diferenciando lo creado por la inteligencia biológica de los aportes de la IAG, inscribiendo en los Derechos de Autor lo que corresponda a la creatividad humana. Ser crítico con los resultados de la IAG y considerar múltiples perspectivas de análisis de los contenidos generados artificialmente, ya que no todos son fidedignos y confiables, por lo tanto, es necesario comprender que la IA no es infalible y puede cometer errores. Implementar medidas de seguridad robustas para proteger los datos contra accesos no autorizados y ciberataques. Ser transparente sobre cómo se recopilan, utilizan y almacenan los datos, dejando registros de las fuentes virtuales y convencionales.

 

 

 

¿Cómo se debería utilizar IAG en Educación?

 

Cambiando la visión del conocimiento (epistemología), permitiendo que los estudiantes aprendan resolviendo problemas, desarrollando proyectos, vinculando las teorías con la práctica en la realidad de las cosas y de las ideas. Comprendiendo que usar IAG para acceder a la administración de información es el primer paso del aprendizaje, ya que se sitúa en el ámbito de “lo conocido”. Que el paso siguiente es la gestión del conocimiento, donde los estudiantes deben ser capaces de expresar lo que aprendieron a través de la mediación de algún lenguaje (lengua materna, matemática, geometría, el arte como lenguaje, etc.), para llegar a ser capaces de transferir “lo aprendido”, que es el capital intelectual individual, para contribuir a la conformación de un conocimiento colaborativo, que es el capital social. Siendo el paso superior la movilización de dicho conocimiento, lo cual se logra cuando se aprende en una acción teórico-práctica que tenga el potencial de generar conocimiento nuevo desde la exploración de “lo por conocer”. Para esto la IAG es un aporte en la complementación del currículum situado con un currículum distribuido; en la modificación de los roles docentes; en la aplicando de una pedagogía que promueva la autonomía y la autorregulación en los aprendizajes; en la generación de condiciones para una construcción colaborativa de la didáctica; en la aplicación de nuevas formas de evaluación más auténticas.

 

Docentes y Actualidad es una iniciativa que busca reflexionar desde lo académico, pero con un enfoque cercano, sobre las transformaciones del mundo actual. En esta primera nota, el Dr. Careaga nos invita a mirar la IA no solo como una moda, sino como una oportunidad y un desafío para pensar el arte, la educación y la ética en tiempos digitales.