En los últimos años, las conversaciones sobre éxito, metas y proyectos de vida han cambiado profundamente, especialmente entre las nuevas generaciones. En ese contexto ha emergido con fuerza el concepto de Quiet Ambition o ambición silenciosa: una manera distinta de entender la aspiración personal, que prioriza el bienestar, la autenticidad y el equilibrio vida-trabajo por sobre los ascensos, la exposición o el reconocimiento social.
Para profundizar en este fenómeno y entender cómo se relaciona con la salud mental, la decisión de muchos jóvenes de no querer hijos y los nuevos modelos de éxito, conversamos con Fernando Bustamante, psicólogo y Magíster en Adolescencia, mención en Psicoeducación del Adolescente de la Universidad del Desarrollo. Desde su experiencia académica y clínica, entrega una mirada crítica y necesaria sobre este cambio cultural que está marcando la pauta.
El concepto de Quiet Ambition o también entendido como Ambición Silenciosa, en un nuevo enfoque reflexivo respecto del éxito que prioriza las metas personales, la calidad del trabajo y el equilibrio entre vida personal y laboral por sobre la exposición, los ascensos o el reconocimiento público. Se refiere a una forma de aspiración personal caracterizada por un compromiso profundo con metas significativas, pero sin manifestaciones externas llamativas ni la búsqueda explícita de reconocimiento social.
Desde la psicología, puede definirse como una expresión interna de motivación intrínseca, donde la persona orienta su desarrollo hacia valores personales y bienestar subjetivo, más que hacia indicadores externos tradicionales de éxito (Dweck, 2017; Ryan & Deci, 2000). Se caracteriza por la valoración de un sentido personal auténtico, la búsqueda de equilibrio entre la vida personal y laboral, y un reconocimiento humilde y sin estridencias de los resultados y logros alcanzados.
Esta centrado en modelos centrados en la autodeterminación, enfatizando la importancia de la autonomía, competencia y relación como motores del bienestar psicológico. Se distancia del paradigma del éxito competitivo y ostentoso que ha caracterizado a nuestra sociedad.
Aunque el término Quiet Ambition es reciente en el discurso popular, la idea no es completamente nueva. Históricamente, existen registros de formas de ambición más introspectivas o discretas, que no buscaban reconocimiento social sino la satisfacción personal por sobre todo lo demás (Fromm, 1941; Erikson, 1968).
Lo novedoso hoy día, es el contraste con modelos anteriores de ambición asociada a la competitividad y estatus social. En la literatura psicológica, este fenómeno puede asociarse a conceptos como la motivación intrínseca y el éxito personal, pero también a movimientos sociales contemporáneos que cuestionan el modelo neoliberal de éxito.
El Quiet Ambition promueve una redefinición de objetivos vitales generando cambios en las prioridades, así como un especial cuestionamiento a los objetivos del modelo tradicional de familia y trabajo. Por ello, muchos jóvenes optan por posponer o renunciar a la parentalidad, priorizando el desarrollo personal, la salud mental, y proyectos vitales innovadores que rompen con algunos de los esquemas establecidos en la sociedad.
Investigaciones recientes muestran que esta decisión está influida por una combinación de factores como: preocupación por el impacto ambiental, deseos de autonomía, incertidumbre económica, y un interés creciente en formas de vida que privilegian el bienestar emocional y la realización personal por encima del mandato social de formar una familia tradicional.
El Quiet Ambition puede tener impactos tanto positivos como desafiantes para la salud mental:
La experiencia actual nos indica que estamos frente a un escenario donde innovar, cambiar y salir de lo tradicional puede ser una enorme oportunidad para desarrollarse y tener éxito en la vida. Sin embargo, como estamos en pleno proceso de transformación, si bien se abren nuevas oportunidades, aún se mantienen como válidas las opciones tradicionales. En consecuencia, no hay que sentir presión por ser quien lidere las transformaciones, lo importante es conectar con las necesidades y deseos personales, porque lo que hoy se está valorando es que el camino escogido sea auténtico, es decir, que sea resultado de una elección honesta con uno mismo.
A partir de ello, es aconsejable considerar que: